Bar-man
Es la historia de un tipo que lleva doble vida: por el día sirve cañas y
pichicolas en el bar “El Paco” y por la noche sale por ahí disfrazado de
mochuelo con una máscara en la cara para que no le reconozcan.
Cuando era pequeño no quería estudiar y tuvo que ponerse a trabajar para
poder ganar algo de dinerillo. Entonces, en el bar “El Paco” vio un cartel que
ponía: “SE NECESITA BAR-MAN”, habló con el dueño y se quedó con el empleo.
En sus ratos libres entrena en el gimnasio “La molla” para ponerse cachas
y así, por la noche, liarse a guantazos con los ladrones y la gentuza que
deambula por los barrios bajos de Chinatown.
Le acompaña su fiel amigo Bobin que, como su propio nombre indica, es un
poco “bobín” y mete la pata cada dos por tres.
Pero una noche, el dueño del bar, que en realidad es el malo de la peli (a
quien llaman el Yoko porque tiene la colección completa de discos de Yoko Ono),
se lo encuentra y le reconoce. Entonces le dice la famosa frase: “Tú eres
bar-man”. Bar-man se lo carga accidentalmente cuando confunde una garrafa de
aguafuerte con la soda para los vermuts y el otro se lo bebe.
La pinícula prometía acción y puñetazos, pero no había fondos para tanta
caracterización. Por ejemplo: el malo tendría que haberse pintado la cara de
colorines, pero se la puso solo de rojo quedándose 3 horas al sol y bebiéndose
un litro de vino tinto del que tenían para el atrezzo.
Bar -man quería ponerse un disfraz más completo y se tuvo que conformar con una careta de cartón de la gallina Caponata y cosas así.
Bar -man quería ponerse un disfraz más completo y se tuvo que conformar con una careta de cartón de la gallina Caponata y cosas así.