Con flautas y a lo loco
Es
el día de Carnaval y toda la gente del pueblo se ha disfrazado: los hombres se
disfrazan de mujeres y las mujeres de hombres. El cura del pueblo se disfraza
de mafioso y el mafioso del pueblo se disfraza de cura y nadie sabe quién es
nadie.
Entonces
llega el flautista de Hamelin tocando la flauta con la intención de ligar con
alguna de las mozas; pero como todo el mundo está disfrazado, en vez de ligar
con una chica lo hace con un chico y este intenta convencerle de que no es la
persona a quien busca. En venganza por la burla, el flautista de Hamelin
secuestra a todos los hombres y se los lleva a una cueva en el interior de una
montaña, aunque en realidad se lleva a todas las mujeres porque están
disfrazadas de hombres. El mafioso del pueblo reconoce en el flautista a un
antiguo rival e intenta deshacerse de él; pero no queda muy elegante realizar
la acción disfrazado de cura. El flautista, sin embargo ve al cura disfrazado
de mafioso y sale por patas del pueblo porque cree que es un mafioso real.
En
resumen: un enredo que no tiene ni pies ni cabeza y en la que uno de los del
pueblo, al disfrazarse de mujer se había puesto una peluca rubia haciéndose
pasar por Marilyn Monroe. Pero luego, no se sabe cómo, cuando le intentaron
quitar la peluca resultó ser una mujer de verdad y su pelo auténtico y no hacía
más que gritar de dolor por los estirones de pelo que le daban.