Es un mal incurable la
tontería,
porque el que tonto nace
tonto se cría.
Este es uno de los refranes más utilizados por mi abuela.
A veces me lo decía a mí cuando siendo niño me ponía a hacer
cualquier tontada propia de críos. Pero también la usaba para referirse a
algunos adultos cuyas palabras o comportamiento no correspondían a la madurez
esperada.
Si la abuela hubiera vivido en los tiempos actuales, seguro que lo
habría relacionado con algún gen hereditario responsable de dicha característica.
En mi opinión estoy completamente seguro de que ese gen existe, que es
hereditario y que, además, es dominante; por lo que el rasgo al que nos
referimos va en aumento entre la población humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario