jueves, 28 de julio de 2016

GRANDES PINÍCULAS: Alabbin



Alabbín

Cuenta la historia de un muchacho pobre de un barrio pobre de una ciudad pobre en medio del desierto, que un día sale a buscar algo de manduca y se encuentra una lámpara de aceite. Pero, claro, no se puede comer la lámpara; así que empieza a frotarla para ver si por lo menos puede aprovechar el aceite y hacerse unos huevos fritos (porque en el desierto hace mucho calor y no hace falta sartén).
Entonces sale un tipo gordo de la lámpara vestido con la camiseta del Rayo Vallecano y le dice al chico que le concede un deseo. Y el muchacho dice que quiere ser jugador de fútbol y ganar mucho dinero para poder tomarse todos los huevos fritos que le dé la gana (con beicon y patatas). El genio le dice que vale, pero con una condición: tiene que vestir la camiseta del Rayo Vallecano durante 3 temporadas y luego le dará la carta de libertad. El chico acepta y empieza a jugar y a ganar partidos. El público, enfervorizado, empieza a cantar eso de ¡alabín, alabán, alabín bom ban!  El muchacho se cree que se lo dicen a él y se motiva aún más consiguiendo esa temporada el triplete para el equipo de Vallecas (la Liga, la Copa y la Champions).

La pinícula es entretenida. Con un cubo de palomitas se te hace hasta corta.

No se pudo terminar de rodar porque el chaval protagonista se negaba a ponerse la camiseta del Rayo ya que él era del Real Madrid, y había que encasquetársela  cuando estaba dormido, lo cual era un fastidio porque en cuanto se despertaba se la quitaba y no había manera de grabar nada ni de que se aprendiera el papel. En fin, un desastre. 




jueves, 21 de julio de 2016

DICHOS Y REFRANES; Dos bocas



Dos bocas


Mi abuelo hacía una interpretación sui generis del libro el Génesis, que era la siguiente:
Cuando Dios estaba creando el mundo, al llegarle el turno de crear al hombre quiso ponerle dos bocas en lugar de una sola. Entonces San Pedro le aconsejó:

-      Señor, no le ponga al hombre dos bocas, pues ya con una sola va a ser la perdición de la humanidad.

El Señor le hizo caso a San Pedro y así fue como los seres humanos solo poseemos una boca, que, como dijo el santo, ha sido muchas veces la perdición de muchas personas.

Este relato contiene una “pequeña contradicción”:
Si Dios no había creado todavía al hombre ¿cómo es que estaba allí San Pedro con él?


Mi madre, cuando contaba esta historia, le preguntaba invariablemente:
-      ¿Y qué hubiéramos hecho las personas con dos bocas?
-      Una para hablar y otra para comer – contestaba el abuelo – y así podíamos hablar y comer a la vez.

-      Lo que nos faltaba – apostillaba mi madre -.




jueves, 14 de julio de 2016

GRANDES OBRAS DE LA LITERATURA (II)



GRANDES OBRAS DE LA LITERATURA (II)


EL AMERICANO IMPOSIBLE
Cuenta la historia de un americano muy, pero que muy raro el hombre.

LAS PILARES DE LA TIERRA
Está claro: que si Doña Pilar, que si la Mari Pili, que si la Piluca…

EL SUEÑO ES VIDA
La obra que todos nos leemos en cuanto llegan las vacaciones.

REQUIEM POR UN CAMPECHANO ESPAÑOL
Qué pena, con lo abierto y simpático que era…

JARRO Y POTE
Mágica historia de dos cacharros típicos de la cocina gallega.

EL CÓDIGO DA BICI
Intrigante historia en la que se descubre que todos los ganadores del Tour de Francia masculino eran mujeres.

TAL TUFO

Un hombre con buena presencia, pero al que le pierden las judías pintas con chorizo y se tira unos cuescos impresionantes. 









viernes, 8 de julio de 2016

GRANDES PINÍCULAS: Ciudadano ¿Qué?



Ciudadano ¿Qué?

Cuenta la historia de un tipo cuyos padres le dejan una inmensa fortuna, pero él es un manirroto, un “nini”, que ni estudia ni trabaja; pero no por mala suerte, sino por puro vicio. Se lo gasta todo en el Xanadú, porque tiene un vicio con el Xanadú que no hay quien le pare: esquiar en la nieve, comprarse ropa cara, comer de restaurante caro todos los días… 
En fin, que al final de sus días el buen hombre está arruinado y en el lecho de muerte quiere decir algo, pero nadie le entiende lo que dice y los que están con él acompañándole le preguntan: ¿Qué? ¿Qué has dicho? y él intenta repetirlo, pero sigue sin que le entiendan y le vuelven a preguntar: ¿Qué?  Y así un buen rato hasta que el tipo la palma sin que los demás hayan entendido lo que les quería decir. Entonces un chiquillo aparece con un billete de 10 dólares para dárselos al moribundo porque lo que estaba intentando decir era: “¡Préstame 10 pavos!” y el niño era el único que lo había entendido; pero ya era tarde.

La pinícula estaba llamada a ser una de las grandes obras maestras del cine universal, pero el protagonista era de un pueblo de Granada y hablaba en “andalú”, por eso nadie le entendía (salvo el niño de la última escena que era paisano suyo). Y como no le entendían, ni él tampoco hablaba “inglé”, no se podían comunicar con él de ninguna manera.