jueves, 2 de marzo de 2017

GRANDES PINICULAS: Pirados del Caribe

      

        
           Pirados del Caribe

El capitán Jack Espárrago, tras una vida llena de desventuras y sinsabores a través de los mares, decide darse un descanso e irse a vivir a las Bahamas. Pero cuando cree que todo va a ser tranquilidad, llegan a su casa todo tipo de parientes y amigotes que se han enterado donde vive. 

Unos le piden dinero, otros que les invite a comer, algunos quieren quedarse allí a vivir con él y no faltan los que se conforman con que los deje bañarse en su piscina o les deje fumarse uno de los habanos que tiene reservados en una caja de cartón o beberse el whisky gran reserva que guarda en un pequeño arcón. 
En fin, una panda de gorrones que no hay quien se los quite de encima.

Cuando ya está casi desesperado y a punto de tirar la toalla, se acuerda de que en una de sus aventuras aparecía un monstruo al que todos temían: ¡el famoso y terrible KRAKEN!

Entonces busca al Kraken, le convence y se lo lleva a su casa; lo mete en su piscina para que esté en un ambiente húmedo y los gorrones ya no vuelven más porque les da miedo.


El problema surgió cuando los actores de reparto se amotinaron delante de una bandeja de arroz con bogavante y decidieron que no querían seguir trabajando; exigiendo, además,  que les trajeran una docena de botellas de Lambrusco para acompañar el marisco. Al protagonista le encerraron en un calabozo y tuvo que intervenir la policía. 










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