jueves, 25 de agosto de 2016

GRANDES PINICULAS: El hombre que susurraba a los camellos



    
      El hombre que susurraba a los camellos

Cuenta la historia de un hombre que de pequeño nunca recibía los regalos que le pedía a los Reyes Magos; lo típico, que pedías una bicicleta y te traían un diccionario. Así que decide ir al grano y aprende a comunicarse con los camellos con la intención de gozar de ciertas influencias para conseguir lo que desea. Después, cuando se hace mayor, conserva ese don y se lo va transmitiendo a toda criatura que se encuentra; de tal manera que las madres se cogieron un mosqueo morrocotudo porque los niños pedían una bici y los magos de Oriente traían la bici y no el diccionario que es mucho más educativo.

Hasta que una madre, desesperada porque su hijo es un zopenco y necesita con urgencia el diccionario, se recorre medio mundo para hablar con el susurrador y pedirle que convenza al camello para hacer lo que más conviene. El hombre accede, pero el camello o no le entiende o si le entiende no le hace ni repajolero caso y le regalan a la criatura un bote de pintura en spray y una chupa de cuero con muchos clavos para que se entretenga por ahí y entonces es cuando se lía parda.


Solo le faltó al niño que le dieran el botecito de marras para que se pusiera a hacer pintadas en las cámaras, en los atrezzos y en los decorados. Y es que un decorado que tiene que salir en pantalla y en el que se lee: KUKARACHO ESTUBO AKI no queda nada bonito.






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