El
padrazo
Chicago, años 60.
Un padre se tiene que hacer
cargo de una veintena de hijos porque se ha quedado viudo y los detalles de la
muerte de la madre no se han aclarado. Afortunadamente tienen un padrino que se
hace cargo de todos los gastos y al que los hijos respetan y veneran, aunque a
veces le llaman “padrino, búfalo”. También tienen la suerte de que las hijas
mayores se hacen cargo de los pequeños y los varones mayores van aprendiendo
los entresijos del funcionamiento de la familia para hacerse cargo ellos mismos
de toda contingencia que pueda acaecer. También está el abuelo del clan, un
elemento de cuidado que, con la excusa de un extravío intenta deshacerse del
pequeño de la familia que atiende por el nombre de Chencho; pero no lo consigue
y queda desprestigiado ante todos y ya no puede seguir dictando órdenes.
Al final unos y otros se
van eliminando mutuamente quedando al final el tal Chencho, el pequeño, que en
realidad es el que mejor ha entendido lo que se esperaba del clan y se corona
como jefe y cabecilla de todos ellos.
No se pudo terminar de grabar porque el director, el productor y el guionista desaparecieron repentinamente. Al cabo de una semana encontraron sus cuerpos en el fondo de un río con grandes pedruscos atados a los pies. La versión oficial es que fue un accidente
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